Luis Enrique será presentado este mediodía en el Auditori 1899 del Camp Nou. Con ganas ya de comenzar su primer proyecto en el club, el entrenador asturiano valoró de manera muy positiva el compromiso, primero de Messi y ayer de Piqué. Josep María Bartomeu, presidente del club, cerró un círculo que comenzó a dibujar ahora hace un año su antecesor, Sandro Rosell: el entonces máximo dirigente del club consiguió de manera seguida cerrar los casos de Busquets e Iniesta, siendo la del manchego una de las últimas operaciones que concretó antes de dimitir de manera irrevocable.
Ventajas. Ahora que tanto se está hablando de reformar la plantilla (posiblemente no será para tanto), Luis Enrique se encontrará con una base sólida entre sus manos. Sus futbolistas más importantes estarán muy bien considerados en el club que les tiene ligados como mínimo hasta el 30 de junio de 2018 en los casos de Busquets, Messi e Iniesta, aunque éste podrá ir renovando desde entonces de manera continuada siempre y cuando vaya cumpliendo una serie de premisas, principalmente basadas en la disputa de partidos; Piqué estará un año más. Si el entrenador es capaz de convencer con sus métodos y enchufar a los futbolistas con una buena preparación física, los resultados para el Barça pueden llegar de manera inmediata. Para el nuevo entrenador, poder colaborar de manera directa en la reforma de la plantilla es vital; entiende que los futbolistas deben creer en sus métodos y eso lo conseguirá.
La Masía. Si Luis Enrique no cambia de opinión ni de plan, que no tiene por qué hacerlo, los valores de la cantera se verán beneficiados de la llegada al banquillo del asturiano. Siempre confió en la cantera para apuntalar sus equipos y demostró tener mano izquierda para dirigirlos con acierto. Todos lo saben y querrán demostrar, aunque como espejo tendrán la oportunidad de fijarse en Piqué, Busquets, Iniesta y Messi, la base del proyecto de Luis Enrique
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